24 diciembre 2004

El timo de la Psicología

Ayer por la mañana mientras terminaba de despertarme en el sofá viendo algún programa basura, llamó una amiga de mi madre preguntando por ella. Le dije que había salido, y ante su frustrado intento de localizarla decidió contarme a mí toda su historia: estuvo hablándome de sus estudios, de su casa, de sus hijas...
Cuando ya pensé que colgaría me preguntó por mis estudios, pude decirle "bien" antes que ella empezara a explicarme que tenía varios amigos que acababan de terminar la carrera de psicología y que ahora se "había puesto de moda ir al psícologo". Tuve que tragarme con "santa paciencia" que en realidad ella sabía que el psicólogo no servía para nada, que teniendo alguien que te escuche ya o necesitas pagarle cinco mil pesetas la hora a ningún desconocido sacaperras.
Otra persona me comentó hace más tiempo que antiguamente no se necesitaban psicólogos porque la gente iba a misa y los psicólogos eran los curas.

¿Qué pensais de todo esto? Cuando yo oigo estas cosas cien mil patadas me golpean a la vez en la boca del estómago pero no intento convencer a nadie. Afortunadamente estos cuatro años de estudio me han aportado mucho, y con la práctica adecuada me veré lista para enfrentarme a cualquier trastorno psicólogico e intentar ayudar a la persona que lo sufre. Lástima que todavía la gente piense que los problemas psicológicos son, más o menos, voluntarios, que se padecen porque la persona así lo ha decidido, por lo que la única ayuda que necesitan para salir de ellos es sentirse comprendidos o bien que alguien les abra los ojos.

Si fuera todo tan fácil... Pero los seres humanos somos tan complejos. Hemos cambiado el mundo y nos hemos cambiado a nosotros mismos (creo que a esto último algún optimista le llamó evolución), buscamos los por qués de todo lo que nos rodea, nuestra curiosidad nos ha llevado fuera de nuestros dominios, especulamos acerca de cuestiones que tal vez nunca se esclarezcan para nosotros, admitimos que el universo es enorme e inabarcable, pero pocos reparamos en que nada de lo anterior tiene sentido si no conocemos al hombre que hay detrás de todo esto.