19 marzo 2005

Libertad Vs Omnipotencia


Recientemente he descubierto a Jorge Bucay, con un poco de retraso lo sé, aunque quizás en el momento más apropiado para hacerlo. Leí hace unas semanas su libro "El camino del ecuentro", forma parte de una pequeña serie de libros que pretenden recoger las cuatro etapas fundamentales de nuestra vida: La autodependencia (conocerse a uno mismo), el encuetro (conocer al otro), las lágrimas (las pérdidas) y la felicidad.

Ayer acabé de leer el primero y hubo una parte de él que me llamó especialmente la atención. Hablaba de la Libertad, para mí es un asunto atractivo porque no parece haber unanimidad acerca de su significado. De una forma muy general Bucay plantea que la libertad es hacer aquello que quiero dentro de lo que es factible, y factible no significa moralmente correcto, socialmente correcto, lógico, etc, significa simplemente que soy libre cuando puedo elegir matar a alguien, y de echo es algo factible, lo puedo hacer, pero no tengo libertad para volar si me tiro por la ventana, porque no es factible que las personas vuelen. Desde mi libertad puedo elegir entre al menos dos posibilidades, a medida que se amplía el número de posibilidades también se amplía mi sensación de libertad, aquí nos pone el ejemplo de un tipo que te asalta con un cuchillo y te dice: "me das el dinero o te mato", en realidad tenemos la libertad de elegir entre cualquiera de estas dos opciones, aunque claro, quizás una la rechacemos rápidamente (nunca se sabe como le va a coger a uno ese día).

Sin embargo hay mucha gente que no entiende de esta forma la libertad, te asaltan con la famosa frase: "tu libertad termina donde empieza la de los demás", el autor dice que él no concibe una "libertad a medias" o que exista un "gradiente de libertad", la libertad debe entenderse en términos de totalidad pero no debe confundirse con omnipotencia (el ejemplo que pusimos antes sobre volar).

Me quedé con su "planteo" de porqué la omnipotencia es imposible, dice así: Se supone que dios es omnipotente, vale. ¿Puede dios hacer un piedra chiquita?, ¿Puede hacer una piedra tan grande y tan pesada que no la pueda levantar nadie, ningún hombre en la tierra? Ok, pero...¿Puede hacer dios una piedra tan grande y tan pesada que no la pueda levantar ni siquiera él mismo? Si no puede hacerla no sería omnipotente, y si pudiera, habría un piedra que él no pudiera levantar, con lo cual...

¿Qué os parece?

Hemos crecido pensando que en realidad para matar a otro no soy libre porque si lo hago me tendré que atener a las consecuencias, y yo pregunto: ¿y qué? ¿y si las consecuencias no me importan?, ¿y si escojo matar por las razones que sea? ¿quién va a impedírmelo? Precisamente en nuestra libertad radica el valor de las decisiones que tomamos, si no soy una asesina es porque pudiendo matar no lo hago, pudiendo abandonar a mi pareja no lo hago, puedo elegir entre quedarme junto a ella o no, el valor de que sigamos juntos radica precisamente en que tengo la posibilidad escojer.

Por eso he elegido la foto de Felipe (del fabuloso Quino), espero que cuando lleguemos a la misma conclusión de este indeciso personaje, seamos capaces de retomar los códigos que determinan nuestro andar por este camino y corregir el rumbo de acuerdo con nuestros planes, repito los nuestros.

07 marzo 2005

Incompetentes y maestros, una combinación problemática

Esta semana ocurrió algo que quería comentaros. De hecho mientras estaba en aquella sala llena de desconocidos, oyendo aquella barbaridad, tuve la tentación de abandonar la conferencia y venir a desahogarme con vosotros (sé que vosotros me escuchais y me apoyais).

El martes me comentaron que habría unas jornadas sobre Ictus en mi facultad, la asistencia era gratuita y el tema parecía interesante (hay que fomentar iniciativas como esta), así que me inscribí y elegí un asiento cómodo desde el que disfrutar de las charlas. El primer día fue más o menos bien, los ponentes habían preparado sus exposiciones (unas más logradas que otras, algunas menos interesantes y aburridas), el segundo día esperaba el turno de una profesora que considero bastante competente en la materia (neuropsicología en este caso), cuando llegó el momento no me decepcionó, es más, superó mis expectativas con creces.

Sin embargo, antes de esta magnífica aparición, presentaron su trabajo otro profesor de psicología y una muchacha, que parecía no haberse enterado de nada durante los cinco años (como mínimo) que estuvo en la facultad. Ellos nos trajeron resultados "provisionales" de un estudio que estaban haciendo con pacientes que llegaban al hospital tras haber sufrido un ictus con hemorragia subaracnoida. La chica pasaba test a estos pacientes después de la intervención médica (embolización o cirugía) y "evaluaba" su nivel cognitivo, su percepción, atención, memoria, etc. Habían distinguido, por tanto, dos grupos de "sujetos", uno que se sometía a una embolización y otro que se sometía a cirugía. A partir de los resultados obtenidos en estas pruebas estandarizadas pretendían señalar cuál de los dos tratamientos era el mejor. El problemilla está (esto no lo señalaban ellos), en que el que un paciente reciba uno u otro tratamiento va a depender de las propias características de ese paciente. Así que algunos de los que estábamos allí nos preguntábamos: si estos dos grupos de pacientes ya son diferentes a priori, ¿cómo no van a mostrar distintos resultados en las pruebas?. Las diferencias finales, ¿se deben sólo al tipo de tratamiento recibido, o a las características premórbidas del paciente, el tipo de hemorragia, sus causas, etc?

Un familiar de la asociación de enfermos de ictus que organizó las jornadas, sin tener ni idea de psicología, experimentación o "rigor científico", planteó esta misma cuestión a los dos ávidos investigadores. A estas alturas, yo, acostumbrada a mantener la cabeza fría, empezaba a perder los estribos, notaba como el calor subía hasta la cara, transformándose la irritación en un color rojo intenso que permaneció el resto de la hora en mis mejillas. La respuesta de los eruditos fue la siguiente: "
Bueno, ese es un problema con el que todos los neuropsicólogos nos encontramos, las personas llegan a nosotros cuando ya ha aparecido el problema por lo que estudiamos su nivel premórbido a través de entrevistas a los familiares y a los propios pacientes". Imaginaos la situación: Entrevistador - "¿Era usted igual de listo antes?, ¿Recuerda si su memoria era de 30 ó de 56?"- Pero ahí no acaba la cosa, el hombre prosiguió (creo que la chica seguía intentando deduicir dónde demonios se encontraba y por qué): "Además, sabemos que, en general, las personas de cierto nivel educativo y edad deben tener la misma ejecución en cada una de estas pruebas". INCREIBLE, el muchacho que había hecho la pregunta guardó silencio más por respeto al auditorio que por convencimiento, y el resto estuvimos de acuerdo en dejarlo correr y borramos de la lista de asignaturas optativas aquellas impartidas por tal elemento.

Concluyendo:

No todos somos iguales le pese a quien le pese.
Una evaluación únicamente basada en la pasación de test es un delito.
A cualquier cosa le llaman ciencia y "dios le da pan a quien no tiene dientes", esos dos personajes no deberían ejercer ni como psicólogos ni como educadores.
Existe cantidad de gente anónima tratando de impulsar la psicología pero desgraciadamente no cuenta con medios para hacerlo, en cambio, otros tienen el apoyo de las instituciones y lo malgastan tirando nuestro dinero, molestando a nuestros enfermos y hundiendo nuestro futuro...