25 febrero 2005

Narcolepsia


¿Es 0,2 por 1000 un porcentaje significativo?

A la vista del porcentaje de participación en el referendum sobre la Constitución europea, el gobierno quiere creer que sí.

Sin embargo, cuando se trata de datos epidemiológicos su interpretación variará en función del sector de la población a la que afecte.

Si es una enfermedad propia de los países pobres, no se va a invertir en investigación aunque el porcentaje se eleve al 100% de la población. En cambio, cuando se ven afectados los países ricos la cosa varía...

No importa que en el continente africano mueran al año 65 mil personas, de entre 15 y 49 años, a causa del SIDA. Aquí, en los países que de verdad importan, la tasa de afectados por esta enfermedad es mucho más baja. Sin embargo, es algo que puede enturbiar nuestra perfecta vida occidental, así que ya se está empezando a invertir en su investigación.

Una vez realizada la denuncia pertinente prosigo.

0,2 por mil se calcula la tasa de prevalencia de la Narcolepsia en los países occidentales. Es una enfermedad extraña, pero puede llegar a ser altamente disruptiva en la vida de quien la padece.

El domingo presentaron en televisión un documental en el que, a grandes rasgos, se podían apreciar los efectos de ese trastorno en tres personas de distintas edades y con distintas necesidades. Uno de los afectados era una chica de aproximadamente 14 años, ella era quien padecía los ataques más intensos. Al igual que los otros casos podía quedarse dormida en cualquier mimento, no importaba el lugar ni la situación. Pero en su caso estos ataques ocurrían frecuentemente cada día y se agravaban en periodos de estrés.

La chica dormía en clase, al llegar de ella, a veces dormía durante días enteros, pero el problema es que su sueño no parecía ser reparador. Los otros dos adultos afectados tomaban pastillas para intentar mantenerse en estado de vigilia y más o menos tenían así un control sobre sus vidas.

En el documental dijeron que la Narcolepsia podría deberse a un déficit de orexina, un neurotransmisor que permite mantenernos despiertos. Sin emabargo, me llamó la atención un importante dato, la chica vivía para el ballet, le encantaba y su sueño era llegar a ser una gran bailarina. Pues bien, durante todo el tiempo que duraban las clases de baile no sufría ni un olo ataque, y el día que se examinó de esta disciplina (durante una jornada entera), sólo sufrió ataques durante los descansos. Curioso, ¿no?

Sólo quería que esto sirviera de ejemplo a quienes trabajamos con (para) personas, para que nunca simplifiquemos las cosas. A los acérrimos defensores de la biología y a los radicales defensores de la conducta, llamarlos a la integración, necesitamos trabajar interdisciplinarmente, médicos y psicólogos, porque tratándose de seres humanos pocas veces los problemas se van a reducir a lo estrictamente químico, físico o mentalista.

Y nuestro "Cliente" es demasiado importate como para dejarlo a medias...

03 febrero 2005

Mis Memorias

Al salir de la ducha oí una música que me era familiar, se trataba de un disco que en otro tiempo había sido de mis preferidos. Tardé un par de segundos en orientarme, situarme en la canción que en ese momento sonaba, y apartir de ahí las letras salieron solas.
¿Cómo podía recordar con esa precisión las letras de estas canciones y de otras tantas que llevo años sin oir?
Empezé a pensar en el potencial de la memoria humana.

Si alguna vez nos preguntaran acerca de la capacidad de nuestra Memoria a Corto Plazo (MCP), responderíamos probablemente con el "número mágico" (7 ± 2). Esta capcidad generalmente se evalúa con la tarea de amplitud de dígitos. En esa tarea se presenta una lista de dígitos que la persona debe memorizar en el mismo orden. Se suele comenzar presentando 3 dígitos y poco a poco se aumenta la complejidad de la secuencia. La ejecución en estas tareas ha mostrado que efectivamente parece que nuestro rendimiento medio es de 7 dígitos.

El interés por la evalución de la capacidad de memoria, surgió en el siglo XIX con el objetivo de diferenciar entre aquellos niños que podían aprovecharse de la enseñanza y aquellos que obtendrían peor rendimiento.

En el año 1982, Erikson y Chase se interesaron por saber si se podría mejorar la ejecución en esta tarea de amplitud de dígitos. Tomaron a un grupo de personas como sujetos experimentales y les entrenaron en la tarea de amplitud de dígitos durante 6 meses. Al cabo de dicho periodo hubo una persona que logró recordar 81 dígitos en orden secuencial.

¿Quiere decir esto que podemos ampliar la capacidad de nuestra MCP? Técnicamente no. El secreto de este señor era su estrategia, utilizaba su conocimiento de marcas de atletismo para organizar los números que se le presentaban y de esta forma acceder a ellos de una forma más eficaz. Más o menos así: "1, 5, 6, 3, 2" para este experto en atletismo se convertían en: "1 min. 56 seg. 32 mils. Record mundial de atletismo del año..." De modo que finalmente S.F (que así se llamaba), sólo tenía que recuperar 6 ó 7 claves que daban acceso a los 81 dígitos. Sorprendente, ¿no?

S.F utilizó el conocimiento almacenado en su MLP (Memoria a Largo Plazo), y con esto demostró que con la tarea de amplitud en realidad no estamos midiendo sólo la capacidad de MCP.

Finalmente los investigadores parecen haber llegado a un acuerdo, el promedio de capacidad de la MCP sin el influjo de la MLP es de 3 elementos.

Esto está muy bien, explicaría por qué me cuesta tanto recordar un número de teléfono desde que lo miro en la guía hasta que lo marco. Pero ¿qué pasa con la MLP?, ¿Por qué cuando tengo la cabeza a punto de estallar durante el periodo de exámenes y pienso que no es posible meter nada más dentro de ese desordenado cajón, llega una canción y devuelve a mi consciencia cientos de letras que ya creí olvidadas?

No parece haber un acuerdo respecto a su capacidad, ni contenidos, ni modos de acceso. Lo único que parece mayoritariamente aceptado es que no podemos hablar de una sola MLP, sino que está integrada por diferentes sistemas que comparten ciertas características comunes.
Habrá que investigar más sobre el tema, y también sobre cómo acceder a esta información, íntimamente ligado a la forma de almacenarla (estudiarla y aprenderla) que empleemos.

A partir de todos estos datos imagino que cuánto más información añadimos a nuestra memoria más la desarrollamos, con lo que aumentamos nuestro potencial de almacenamiento. Claro está que meter un montón de datos inconexos no sierve de nada, debemos ser un poco como S.F. y trabajar con ellos organizándolos y empaquetándolos.

Mientras tanto doy vueltas a una idea que ingenuamente me hace pensar que tengo alguna posibilidad en estos exámenes; Porque si el aprender nuevas canciones no elimina a aquellas abandonadas desde hace tanto tiempo, entonces, en teoría (y sólo en teoría) estudiar para varias asiganturas a la vez es posible, y podría dejar de creer que todos estos años de carrera no han aportado nada visible a mi vida (excepto un expediente que aún no sé para qué sirve).

Por cierto, creo que es el momento de comprobar que no existen agujeros en el bolsillo de mi memoria.