08 agosto 2006

Motivos (I)


Esperamos en un cobertizo que parecía ser la antesala de la cámara de desinfección. Aparecieron los hombres de la SS y extendieron sobre el suelo unas mantas para que depositáramos todos nuestros objetos de valor, relojes y joyas. Para regocijo de los reclusos veteranos, ayudantes de los guardias, aún quedaban entre nosotros algunos ingenuos que preguntaban si podían conservar el anillo de boda, una medalla o algún amuleto de oro. Todavía no nos entraba en la cabeza que nos quitarían todo, absolutamente todo. (...) Nos introdujeron a empujones en la antesala de los baños. Allí nos esperaba un hombre de la SS. Aguardó a que nos acomodáramos todos. A continuación dijo: “Os doy dos minutos, dos minutos cronometrados por mi reloj. En estos dos minutos debéis desnudaros por completo y dejar vuestras ropas en el suelo. No podéis llevaros nada con vosotros, salvo los zapatos, el cinturón, las gafas y, en todo caso, el braguero. Empiezo a contar: ¡ya!”.

Con una increíble rapidez la gente se despojó de sus ropas. A medida que el tiempo avanzaba, se intensificaba el nerviosismo y los prisioneros tiraban torpemente de su ropa interior, de sus cinturones o de los cordones de sus zapatos. Entonces oímos los restallidos del látigo por primera vez; también escuchamos los chasquidos de las largas correas de cuero sobre los cuerpos desnudos. Después nos introdujeron destempladamente en otra habitación para afeitarnos: no se contentaron con afeitarnos la cabeza, dejaron nuestros cuerpos sin un solo pelo. A continuación caminamos hacia las duchas... De nuevo nos alinearon. Casi sin reparar en nuestra irreconocible imagen, miramos angustiados hacia el techo y, con gran alivio, comprobamos que de las duchas salía agua, agua de verdad...



(Viktor Frankl: El hombre en busca de sentido)

3 comentarios:

infopoeta dijo...

Uff, qué chungo se tiene que estar para alegrarse uno de que al menos el agua sea agua :S

Nere dijo...

Es increíble, Info, y admirable. La capacidad de resistencia, la esperanza, las ganas de vivir, podían lograr que en medio de las tinieblas un rayo de luz se convirtiera en un enorme ventanal hacia el cielo.
Me alegra verte de nuevo por aquí. Un Beso.

Anónimo dijo...

Acabo de llegar de vacaciones y revisando mis blogs favoritas me encuentro con que ha habido mucha actividad en éste las últimas semanas. Me alegro porque así tendré mucho que leer y empiezo por éste.

Por cierto, y en relación con tu texto, que siempre me ha llamado la atención la capacidad que tenemos las personas en situación que van extremándose de ir valorando en la misma proporción las cosas más sencillas y elementales, esas -imagino- que nos permiten mantenernos vivos y en cierto equilibrio emocional...

Me gustan las lecturas que dan que pensar. Un saludo y continuaré leyéndote.